Statement of Bishop Emeritus William K. Weigand On the Appointment of Fr. Rey Bersabal as Auxiliary Bishop

I could not be happier that Father Rey Bersabal has been named our Auxiliary Bishop by Pope Francis. It is a a special joy that one of our own priests has been named, which has not happened since Father Thomas Grace was named the 2nd Diocesan Bishop of Sacramento in 1896. Bishop-elect Bersabal is an ideal choice - well known, well accepted, well loved. With 33 years of experience and leadership as a priest, Bishop-elect Rey is mature, well proven, effective and happy in his priestly ministry. He relates easily with people, is friendly, humble, loving and affirming - yet firm and decisive when appropriate. In diverse parishes, Bishop-elect Rey has demonstrated effective pastoral and spiritual leadership, also good administrative abilities. More importantly, he has shown himself to be a prayerful and holy priest, wholly dedicated to furthering the mission of our Risen Savior in northern California. 


Twenty five years ago, Bishop-elect Bersabal already demonstrated his dedication to the mission of Jesus when, at my request - due to significant pastoral need here in the Diocese of Sacramento - a young Father Bersabal left his country and family and presbyterate in Cagayon de Oro, the Philippines, to become a missionary priest among us here in northern California. When a three year commitment was completed, I urged Father Bersabal to remain with us, to which both he and his archbishop agreed. Father Bersabal, in fact, dedicated his whole life and priestly ministry to the Diocese of Sacramento.   In service of the salvific mission of Christ and his Church, Father Bersabal has served us and inspired us superbly well over these 25 years.  He will now continue to do so with ever greater responsibility and authority as our Auxiliary Bishop. How very blessed we are.  I am confident that we will all want to support Bishop-elect Bersabal with our love and prayers and full cooperation.

+William K. Weigand

Bishop Emeritus


No podría estar más feliz de que el Padre Rey Bersabal haya sido nombrado nuestro Obispo Auxiliar por el Papa Francisco. Es una alegría especial que uno de nuestros propios sacerdotes haya sido elegido; algo que no había sucedido desde que el Padre Thomas Grace fue nombrado segundo Obispo Diocesano de Sacramento en 1896. El obispo electo Bersabal es una elección ideal; muy conocido, bien aceptado, muy querido. Con 33 años de experiencia y liderazgo como sacerdote, el Obispo electo Rey es maduro, eficaz y feliz en su ministerio sacerdotal. Se relaciona fácilmente con la gente, es amigable, humilde, cariñoso y positivo, pero firme y decisivo cuandosea indicado. En diversas parroquias, el obispo electo Rey ha demostrado un liderazgo pastoral y espiritual eficaz, así como excelentes habilidades administrativas. Más importante aún, ha demostrado ser un sacerdote santo yde oracion , totalmente dedicado a promover la misión de nuestro Salvador Resucitado en el norte de California.

Hace veinticinco años, el obispo electo Bersabal ya demostró su dedicación a la misión de Jesús cuando, a petición mía - debido a una grannecesidad pastoral aquí en la Diócesis de Sacramento – un sacerdote joven, el Padre Bersabal dejó su país, su familia y su presbiterio en Cagayón de Oro, Filipinas, para convertirse en sacerdote misionero entre nosotros aquí en el norte de California. Cuando se completó el compromiso de tres años, insté al padre Bersabal a permanecer con nosotros, a lo que tanto él como su arzobispo estuvieron de acuerdo. De hecho, el padre Bersabal, dedicó toda su vida y ministerio sacerdotal a la Diócesis de Sacramento. Al servicio de la misión salvífica de Cristo y su Iglesia, el Padre Bersabal nos ha servido e inspirado magníficamente a lo largo de estos 25 años. Ahora continuará haciéndolo cada vez con mayor responsabilidad y autoridad como nuestro Obispo Auxiliar. Qué bendecidos somos. Estoy seguro de que todos querramos apoyar al Obispo electo Bersabal con nuestro afecto, oraciones y plena cooperación.

+William K. Weigand

Obispo Emérito